viernes, 25 de septiembre de 2009

Las Voces

Desde que era chico oía voces, me molestaban muy seguido, me decían que hacer y yo no podía hacer nada. Mi madre me decía que eran cosa de mi imaginación, pero lo dudaba en verdad.

Conforme fui creciendo, las voces cambiaban, me decían cosas diferentes, me tentaban a hacer cosas que mis padres me habían prohibido. Recuerdo aquella vez en que me ofrecieron un cigarro por primera vez, tenia 14 años y bueno era algo que definitivamente mis padres me habían prohibido. Las voces me persuadían a que lo haga y muchas veces estas salían airosas de lo que se proponían. Había aprendido a vivir con ellas, tanto que hasta a veces hablaba conmigo mismo y era capaz de oír sus respuestas. No me asustaba, sabia que eran verdaderas.

Un día lo converse con mi padre, me dijo que me dejara de tonterías, que las voces eran falsas y que lo único que quería era llamar la atención. Viejo imbécil, Pensé. No me importaba lo que me dijeran los demás, a fin de cuentas me importaba muy poco la opinión de toda persona que no fuera yo. Los mandaba a la mierda si era necesario.

Pasaron varios años y mis padres no sabían que hacer conmigo. Carajo déjenme en paz. Aun así me obligaban a ir donde un viejo cabrón que se la pasaba hablándome piedras y que encima le pagaban por eso, se hacia llamar ‘’ El psicólogo ’’. Cada vez que iba, me preguntaba que era lo que me decían las voces. Quien se cree para decirle lo que yo pienso, que no me joda.

Aguante tanto tiempo esas sesiones de mierda que en verdad no me servían para nada. Las voces habían cambiado sus intereses. Me inducían a consumir drogas de tanto en tanto. Bajo el efecto de estas, las voces se hacían mas notorias, como si estuviera conversando con otra persona. Las oía tan claras que me costaba creer que era el único que las escuchaba.

Las voces me controlaban, no podía resistirme a sus palabras. La ultima vez que las escuche recuerdo muy claro lo que me dijeron. Regresa a tu casa, toma las cosas de valor y vete. Si tus padres se interponen matadlos. Y así fue.

Abrí la puerta de mi casa y entre. Cogí algunas joyas de mi madre, y justo cuando estaba saliendo mis padres se interpusieron entre la puerta y yo. Les grite salgan de mi camino, ignoraron mi orden. Cogí las llaves de mi casa y apuñale a mis padres con unas llaves. Pueden creerlo? Las voces se fueron.

Muy poco recuerdo después, estuve en la comisaría. Me sometieron a un interrogatorio. Porque lo hiciste? La respuesta fue simple. Odiaba a mis padres.

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