jueves, 1 de octubre de 2009

11 años asi

Me puse a pensar en lo poco que falta para acabar el colegio y decidi escribir sobre este.

Se pasan rápido 11 años, tanto así que muy difícilmente nos damos cuenta de lo que vamos dejando atrás. El colegio se termina y una de las mas grandes etapas de mi vida se va con el. Tengo recuerdos de muy pequeño, travesuras que hacíamos en primaria, algunas mas graves ahora en secundaria que a pesar de llevar un severo castigo de convivencia de la mano, me enseñaron que el colegio es mas importante que estar sentado en un salón de clase 40 horas a la semana. El espacio que tengo es muy corto como para contarles una vida que he llevado dentro del Champagnat, si bien aun no se ha concluido este proceso, ya la nostalgia juega con mis recuerdos.

Cada mañana, despertarme temprano, salir de mi casa a tomar la combi, taxi si es muy tarde, (después de todo mi viejo se rehúsa a llevarme) para llegar al colegio y esta rutina de 11 años, no me aburre.
Correr para que la nueva profesora de convivencia no me detenga en la entrada, tener que discutir con el profesor huertas por tener el pelo “muy largo”, las conversaciones con la Tía Nelly y sus criminales precios, Encontrarte a nuestro querido “Cachupín” en el baño entre clases pidiéndole que por favor ponga papel. Estar sentado 3 horas esperando que suene el ansioso timbre del 1er recreo, encontrarte con tus amigos de otro salón (que jamás volverán a estar en el mismo salón porque años anteriores han hecho demasiados escándalos) 15 minutos que no son suficientes para lograr salir de ese tumulto y llegar al baño (ya que ningún profesor te dejaba ir) y volver a otras 3 horas de clase. Tan pronto se acerca el 2do recreo, los minutos restantes para que suene el timbre son interminables hasta que por fin sales y logras hacerte camino entre el mar de gente que empuja para comprar su menú en la cafetería, almuerzas y pasas el recreo conversando con tus amigos, claro hay quienes prefieren pasarla jugando fútbol (como yo hasta 5to inclusive) y escuchar el pitazo final del profesor Huertas con el cual tus cortos minutos de libertad terminan. Corres al baño y a pesar que solo te mojas el pelo el timbre es mas rápido que tu y llegas tarde, te anotan en el parte y pasas al final de la jornada. Las dos últimas horas del día son las mas ansiosas (sobre todo los viernes que estas dos horas parecen un día aparte). Sales del salón y te diriges a las escaleras de la entrada para conversar con los demás, la querida miss Miriam (que mas de una vez me tuvo en su oficina) apura el desalojo de la propiedad escolar y salvo los alumnos de bachillerato nos vemos en obligación de retirarnos del colegio para llegar a la panadería de la Av. Ayacucho y disfrutar de sus increíbles y económicos “pan pizza”. Seguramente habrán muchas cosas que no te gusten del colegio, (yo tengo las mías) pero hay algo que te puedo asegurar, no existe mayor orgullo que el poder decir que yo estudie en el histórico Colegio Champagnat (y promocionar que ahora tiene bachillerato internacional) y te pido que ese nombre lo dejes en alto en todo momento y en todo lugar. Se es alumno tan solo una vez en la vida, y si no ¿cuando volverás a pagar “china” por una combi de media hora hasta tu casa?

2 comentarios:

  1. Te amo weon y apesar de que te vallas este año somos de la misma familia y nos seguiremos viendo siempre (L)-2009-2011

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  2. te luciste con esto, tienes razón 11 años se van muy rápido.

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