Navidad, Panetón y algo más.

Es domingo por la tarde, el cielo es gris, bueno lima siempre es gris.
El olor a café impregna mi cuarto, agradable. Las familias ya están reunidas compartiendo los últimos momentos del fin de semana.

Cae una fina llovizna que acompaña la melancolía de las solitarias personas que al llegar a casa no tienen la suerte de una grata compañía.

Escribo diferente porque llega a mi –como a todos- una época del año donde las fachadas de las casas se llenan de luces con forma de renos y trineos.
Donde comienza la vieja de tradición de escribirle una carta pidiéndole a papa Noel como le decimos en Perú que nos traiga una larga lista de regalos.

Y como siempre esta época donde cada año se repite la historia, noviembre, diciembre meses que las personas se olvidan de lo que tienen que hacer y sobrecargan la tarjeta de crédito.

Acompañamos todo esto con la alienada tradición del chocolate caliente y panetón a puertas del verano descansa sobre nuestras mesas. Y los colores rojo y verde sobresalen en la decoración.

Otros intereses andan por mi cabeza estos días, no voy de acuerdo con la rutina que sinceramente ya me aburre. Mi familia algo separada, la mitad se encuentra lejos. Pero esperen acabo de recordar donde podemos encontrar a todos los seres que queremos reunidos en una misma mesa, acompañados de villancicos, en nuestras memorias, nuestra mente y en el corazón.