Prólogo - Un nuevo comienzo

He olvidado quien soy. Los rostros a mi alrededor no son familiares. No puedo recordar nada. La noche esta más oscura que de costumbre y las estrellas brillan de manera singular. En esa oscuridad que aparenta incertidumbre me siento tranquilo. Las preocupaciones están a un lado, las dejo atrás.

He caminado los senderos mas oscuros, acompañado de una linterna que me enseña el camino. Mi guía es el instinto la verdad mi laberinto. No he encontrado el sendero estrecho, que me lleve a donde quiero. Pero no puedo hacerlo puesto que aun no se que es lo que quiero.

- ¿Me entiendes Hernán?.- preguntó. Bacilo antes de contestar y retomo la sensatez.

- Si, comprendo.- responde.

Lleno los vacíos con deducciones posiblemente erradas. Indago mi pasado y no encuentro rastro de el. No se que hago en este lugar, no se a donde voy. Mi preocupación no va más allá de encontrar la felicidad con la que jugaba cuando era un niño.

Busco la respuesta a mis preguntas. Una anciana se me acerca y me observa detenidamente.

- Forastero, ¿qué haces por estos rumbos?.- pregunta.

- Me busco a mi mismo.

Mi pasado esta en el olvido. He perdido mi memoria, mis recuerdos son netamente vagos salvo mi nombre que esta tatuado en mi brazo no se nada mas de mi. Mi presente es confuso. No hay otra cosa que hacer que pensar en quien fui, pero dejando todo atrás comienzo a pensar que esta es mi oportunidad para ser alguien. Digámoslo así, si no recuerdo quien fui claramente no fui alguien trascendente. Ni para mi, ni para nadie.

Mi futuro incierto. No se quien soy ni de donde vengo. No se a donde voy, pero en este camino me encontrare conmigo. Si para bien paso esto, es mi oportunidad de redimir el pasado y ser quien yo quiera ser. Después de muchos años siento alegría en mis venas.

- Hora de partir, Hernán alístate.- le dije.

- ¿Aquí comienza el camino verdad?.- pregunto entusiasmado.

- Deja atrás tus dudas, es hora de encontrar a Sam.- respondí.